En los últimos años en Honduras se ha vuelto común que los delincuentes utilicen uniformes similares a los de los militares y policías, e igual se cubren el rostro con pasamontañas para atracar negocios y cometer horrendas masacres.
Ante tal riesgo, la Policía Nacional, de acuerdo con su portavoz, el comisionado Miguel Martínez Madrid, adoptó la medida de que cada uniforme relacionado con su institución, incluido el calzado, los chalecos antibalas y hasta los mismos aros (esposas), posea un código invisible que permita detectar su originalidad y, en caso de serlo, a quién le fue entregado.
Supuestamente las Fuerzas Armadas tomaron la misma iniciativa, sin embargo, esto no pudo ser comprobado, ya que el gerente de la Industria Militar, coronel Carlos Eduardo Fortín, respondió: “Este es un tema que tratamos de mantenerlo sin conocimiento público por la misma seguridad del caso”.
El pasamontañas es un implemento no regulado por la ley que en los últimos años la Policía y los militares han puesto de moda en sus operaciones, desde la más sencillas hasta las más riesgosas, lo que ha llevado a que los delincuentes también hagan lo mismo, volviendo así más difícil su identificación por parte de las víctimas.
En los últimos años se han registrado varios casos de delincuentes capturados cometiendo ilícitos utilizando indumentaria, mayormente, similar a la de los militares.
Aunque en los tribunales de sentencia hay condenas contra ellos, ninguna autoridad cuenta con una investigación sobre si realmente la vestimenta decomisada era auténtica, sobre quién la proporcionó en su caso, quién la confeccionó de ser falsa o dónde fue comprada.
¿Por qué la Policía de Investigación no profundiza sobre este delito? En aquellos casos de sujetos vistos cometiendo masacres con uniforme similar al militar o policial y que están en la impunidad, ¿realmente los hechores eran delincuentes o miembros de las Fuerzas Armadas o de la Policía? Estas son las preguntas que se hace la ciudadanía.