Tocoa, Colón. — Un hecho insólito y repudiable conmocionó a los habitantes de la aldea Salamá, en el municipio de Tocoa, Colón, luego de que desconocidos profanaran y quemaran la tumba de Maicol Tróchez, un joven que había sido asesinado el pasado 22 de agosto durante un ataque armado.
El cadáver, que yacía en el cementerio local, fue encontrado completamente calcinado dentro de la fosa. La víctima había sido sepultada junto a su padre, quien también perdió la vida dos meses antes del crimen de su hijo.
Entre lágrimas, la madre de Tróchez expresó su dolor e indignación por el suceso. “Ni muerto me lo dejan en paz. ¿Qué tienen contra nosotros? Nosotros no le hacemos daño a nadie”, lamentó la mujer, asegurando que desconoce los motivos detrás de este nuevo ataque.
Según relató, durante la noche recibió varios videos en los que se observaban llamas saliendo de una tumba en el camposanto. Al acudir al lugar, confirmó con horror que se trataba del sepulcro de su hijo.
Tróchez fue asesinado junto a Eduardo Ábrego en un campo de fútbol de la misma comunidad, cuando varios hombres armados abrieron fuego sin mediar palabra. Pese a los esfuerzos por trasladarlos a un centro asistencial, ambos jóvenes fallecieron debido a la gravedad de sus heridas.
Las autoridades locales investigan el acto de profanación y no descartan que esté relacionado con el crimen ocurrido en agosto.